Huracán

Voy a acabar creyendo que el universo respeta realmente nuestros calendarios, hechos de superstición y madera. El primer día de marzo despierta totalmente despejado, con una luz limpia que asoma tras los edificios.

A las siete de la mañana, la claridad es todavía muy baja. Me crea una sensación falsa de recorrido horizontal, como si la luz hubiera llegado aquí tras atravesar muchos kilómetros de desierto en línea recta, desde el sur, para acabar entrando entre las casas que tengo delante.

Como si pretendiera empujarlas hacia mí. O acabar empujándonos a todos, llevándonos lejos de la oscuridad húmeda de febrero. Por un momento imagino a esa luz sureña arrastrándonos como en un huracán, alejándonos de este febrero que siempre castiga, convirtiéndonos en un amasijo de confusión, vigas, mentiras, trozos de coches destrozados y algún que otro perro perdido. No sé cómo hemos llegado a marzo. Pero aquí estaba esperándonos con sus medias tintas, el cumpleaños de mi hermana, la promesa de un futuro más digerible. Y algunos días bonitos, seguro.

1 comentario:

  1. No te veo, pero te tengo aquí delante... serán muchos días bonitos !!

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