Todo mi dinero

Le he dado todo mi dinero a un vagabundo. Aquí los llaman sdf: sans domicile fixe. Eufemismo errado que supone lo errático, siendo que el domicilio siempre es la calle (que se mueve a su alrededor quizá, pero no imagino nada más estático que un vagabundo).

Me ha sonreído y me ha preguntado si tenía alguna moneda. Le he dicho que sí y he vaciado la cartera en su mano. Y él ha vuelto a sonreír. La misma calma y la misma amabilidad, tanto en la petición como en la recompensa. Tampoco era mucho.

1 comentario:

  1. De Borges:
    "Salvo en el caso de la indiferente moneda que la caridad cristiana deja caer en la palma del pobre, todo regalo verdadero es recíproco. El que da no se priva de lo que da. Dar y recibir son lo mismo".
    No estoy de acuerdo en la excepción. También en el caso de la 'indiferente moneda' dar y recibir son lo mismo. La sonrisa del mendigo no vale menos que el contenido de una cartera.

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